Hábitos y Rutinas: ¿Cómo lo haces?



Cuando nace un bebé, la vida de la familia se pone “patas arriba”. Durante el embarazo muchas son las voces que se hacen oír a cerca de lo que no volverás a hacer: “Duerme ahora que puedes”, “aprovecha para comer ahora”, “Disfruta del baño, que luego no será fácil”.

Sin embargo, y teniendo en cuenta que cada familia es diferente, tras un periodo de adaptación y acomodación de la familia hacia el bebé, y de este pequeño/a hacia su familia, todo se puede ordenar si tenemos en cuenta el establecimiento de hábitos y rutinas.

Los primeros hábitos que se establecen en la vida del nuevo bebé son aquellos que dan respuesta a sus necesidades de alimentación, higiene y descanso.

En cuanto a hábitos de alimentación, va a depender de la edad del nuevo miembro de la familia. Los primeros meses (Hasta aproximadamente los 4- 6 meses según recomendación de la OMS), el bebé es lactante, bien sea lactancia materna exclusiva, mixta o con biberón, las últimas investigaciones indican que en este periodo la alimentación debe ser a demanda. Es por esto, que la rutina en estos primeros meses la marcará el ritmo del bebé. Sin embargo, a partir de este periodo de lactancia, cuando comienza la alimentación complementaria, se debe establecer cinco comidas en la dieta del niño/a que comenzará a crear esa rutina de alimentación: desayuno, tentempié de media mañana, almuerzo, merienda y cena.

Siguiendo siempre las recomendaciones de pediatra y teniendo en cuenta el nivel de desarrollo evolutivo del niño/a, desde el punto de vista psicoeducativo es recomendable que estas comidas se establezcan a la misma hora cada día, y que se promueva la autonomía del niño/a invitándole a comer solo y a participar en la elaboración de la comida. Esto hará que se desarrollen destrezas cognitivas, motoras y afectivas que favorecerán un desarrollo óptimo.

La higiene es otra de las rutinas que deben favorecerse desde el inicio de la vida del niño/a. Cuando un bebé llega a la familia, el baño diario y el cambio de pañal son aspectos que se deben inculcar desde los/as adultos/as al pequeño/a. El momento del baño, a medida que crece el pequeño/a, puede convertirse en un momento de juego o de relajación, que ayudará luego a activar al pequeño/a para el comienzo de su día, o a relajarlo/a para el posterior momento de sueño. Es por esto que esta rutina debe ser elegida por la familia, pero establecerla a la misma hora todos los días le ayudará a que el niño/a anticipe este momento y potencie su autonomía.




El momento del sueño es el que más controversia genera en las familias. Establecer un patrón de sueño al inicio parece sencillo, pues los recién nacidos duermen la mayor parte del tiempo. Sin embargo, cómo y dónde se duermen, dará lugar a la rutina que tendrán establecida a medida que van creciendo. Son muchos los casos en los que se practica colecho, una práctica donde el bebé duerme cerca de su mamá o papá, compartiendo espacio. Otras familias optan por crear un espacio de sueño individual para el bebé. Ninguna de las dos opciones tienen más o menos ventajas, siempre y cuando sea una decisión tomada por la familia y adaptada a las necesidades del niño/a. Una familia que duerme feliz, vivirá feliz.

Sin embargo,  a medida que crece el pequeño/a, las horas de sueño serán cada vez menos, dando lugar a establecer horarios de siesta y sueño nocturno. Estos dos tiempos de descanso deben diferenciarse para no crear contradicciones  que generen interrupciones del sueño a mitad de la noche. En cuanto al sueño nocturno, se recomienda que se inicie siempre con la misma rutina (baño, cuento y a dormir por ejemplo), y a la misma hora.

¿Conoces otras rutinas que ayudan a mantener en orden la vida familiar? ¿Prefieres improvisar a crear rutinas? Déjame tus comentarios y compartamos experiencias.

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